miércoles, 6 de febrero de 2008

OsCuRo SiLeNciO

Todos admiran su curveada figura atrapada en un traje negro que representa la muerte. Su tez blanca refleja lo moribunda y acabada que luce a causa del ahogo en el que se encuentra. Sus senos adornados con moluscos que brillan y hacen juego con la cascada que cuelga de sus pálidas orejas, fusionan para darle vida a un cuerpo que se encuentra al borde del óbito. Ese tocado en su cabeza representa las alas con las que descenderá al infierno. El rojo, que contrasta con sus carnosos y finos labios, simboliza la sangre que esta mujer ha derramado en un camino largo y profundo lleno de pecados y sufrimiento, sangre pura que corre como un río desbordado.
La plebe ha ido a verla por última vez. Todos la miran con júbilo, y derretidos a sus pies la halagan como a una reina. Ella, con sus ojos negros penetrantes, lanza una mirada de repudio para aquellos que la miran y pasa desapercibida e ignora a la plebe ahí reunida.

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